La Señora Ana María Rodríguez en su labor diaria de más de 60 años cuidando su jardín. Hoy es una dama de más de 90 años y su vocación sigue intacta.
Un bello jardín es producto de una gran dosis de cariño por las plantas y del goce y disfrute de la belleza de lo que la naturaleza provee, es también resultado de, años o décadas de dedicación y mejoramiento continuo. Su resultado se vuelve una joya del paisajismo cuando se destacan sus colectas botánicas a través del buen gusto y sensibilidad.
Todos sabemos que desarrollar un jardín durante años es una tarea cotidiana. El mantenimiento es un acto creativo que no solo lleva a hacer mejoras y cambios menores, sino también realizar verdaderas transformaciones en pro de la innovación.
Señora Ana María Rodríguez en un recorrido con una invitada por su jardín. Foto de hace algunos años, tomada por Laura Rodríguez.
Todos sabemos que desarrollar un jardín durante años es una tarea cotidiana. El mantenimiento es un acto creativo que no solo lleva a hacer mejoras y cambios menores, sino también realizar verdaderas transformaciones en pro de la innovación.
Este mantenimiento es más riguroso en el trópico donde prosperan bien las plantas pero también, con mayor energía, las “malezas” (plantas que se dan espontáneamente donde no queremos).
Foto de Laura Rodriguez, de hace unos años.
Una foto tomada el 21-2-2011 del mismo lugar, por Guillermo Chaves.
Es una vocación tener a cargo un gran jardín, y como muchos otros dones con que nacemos los seres humanos, este tiene que ver con el arte, el arte vivo de crear y conservar jardines. Un jardín extraordinario y de singular belleza es el que por décadas ha desarrollado y mantenido la Sra. Ana María Rodríguez, en un solar cerca del estadio de Alajuela, Costa Rica. El jardín rodea por los cuatro costados una casa añosa de madera, con pisos de mosaico antiguo, lustrados hasta convertirlos en espejos, sus cielos rasos son altos y desde el punto de vista climático es muy confortable. La casa es por mérito propio una joya del estilo victoriano de arquitectura de principios de mediados del siglo (se construyó a mediados del siglo pasado antes de la revolución del 48, por ahí de 1947, según el testimonio de la Sra. Ana María). y junto con el jardín conforman un conjunto paisajístico de gran coherencia y calidad estética.
Si hay que definir un estilo al jardín que rodea la casa es, para mí, “Artes y Oficios” o Arts and Crafts, recordemos que por definición este movimiento propone un acercamiento para diseñar más que la creación de rasgos distintivos de un tipo particular de expresión. Los conceptos básicos de este movimiento se pueden reconocer en este jardín, por ejemplo en:
· La integración y relación simbiótica entre la casa y el jardín.
· Los dueños están asociado al diseño y/o al mantenimiento del jardín; la horticultura se considera una actividad agradable y en este caso particular la Señora Ana María Rodríguez ha hecho una labor cotidiana de manera continua.
· La familia entera viva en armonía con la naturaleza – es determinante que el jardín que se convierte en parte de su forma de vida.
· El jardín sí mismo se puede separar en diversos compartimentos o áreas con identidad propia. Sus jardines cuentan con varias secciones que se pueden distinguir por sus características diferenciadas y que conforman “zonas de identidad”, todas ellas interconectadas por campos de césped y senderos.
· Una clara estructuración arquitectónica junto a esquemas de establecimiento de plantaciones naturales diseñadas para demostrar el respecto por la naturaleza y disminuir los bordes duros de la casa y sus senderos.
· El jardín celebra la naturaleza y rechaza la artificialidad en la mayor parte del área. Muchas secciones son más naturalistas y de bordes con formas más orgánicas.
· Los esquemas de plantación apuntaban a un el estilo “natural”, con un estilo campestre que se relaciona mejor con el sitio y las condiciones del suelo, la identidad local, los cambios estacionales y con un crecimiento natural.
Sección del jardín que apunta a lo menos formal, aquí se aprecian las aráceas, las begonias y los helechos en un despliegue de creatividad. Foto de Guillermo Chaves.
Hay un jardín frontal y que es en parte también una prolongación visual desde la terraza en forma de L que vestibula la casa. Este es el jardín del acceso que es más elaborado ya que cuenta con un esquema geométrico a base de figuras simples como triángulos, un octágono, un cuadrado con sus diagonales. Es una geometría de campo que define espacios para la plantación. Todos estos componentes están relacionados entre sí y que configuran los senderos y los parterres o camas para las colecciones de plantas.
Fotos de Guillermo Chaves H.
Dentro de estas formas y como elementos puntuales aparecen maceteros de concreto con elaborados arreglos de plantas, sobre todo, suculentas y cactáceas.
Foto de Guillermo Chaves H.
La otra sección destacable es su campo de césped, las arboledas y los macizos de plantas, sobre todo tropicales, que aparecen en forma profusa y destacando esquemas de color y texturas de una diversidad de plantas.
Es un placer ver que dentro de todas estas plantas combinadas hay todo un esfuerzo por hacer un despliegue de texturas y el colorido, y que con tan bastas mezclas haya elementos que den unidad y logren un todo armónico.
Este es un jardín destacable de Costa Rica, expresa un sentido de unidad que proviene de criterios estéticos personales, el conocimiento de las especies y la habilidad de crear combinaciones inusuales. Gracias a Doña María por recibirme en su casa y dejarme disfrutar de este paraje hermoso.
Agave titanota
Foto de Guillermo Chaves H.
Bello ejemplar de Agave titanota es una rara especie endémica de las colinas de piedra caliza en el estado mexicano de Oaxaca, México. Es una planta compacta en forma de roseta con un follaje color azul grisáceo. Como la mayoría de las especies de agave, esta planta es monocárpica, lo que significa que sólo florece y da frutos una vez durante su vida antes de morir. Como la madurez de los Agaves se da entre los 10 a 30 años de edad aproximadamente, estas acumulan una gran cantidad de hidratos de carbono en sus tejidos que les proporcionan la energía para alimentar el rápido desarrollo de una espiga de flores de gran tamaño. En la naturaleza, la polinización es por murciélagos migratorios nectarívoros que inicia la producción de semillas que se dispersan con el viento y producen la próxima generación de plantas. (1)
Agave gypsophila
Agave gypsophila, es el que está de primero a la izquierda, como parte de la colección de agaves y cactáceas que se destacan en este jardíncito de rocalla con piedras de cuarzo.
Este agave proviene de la zona costera de Michoacán, forma una roseta abierta de hojas anchas, gruesas, de bordes muy ondulados, color azul grisáceo. Agave es comparativamente pequeño con respecto a otras especies del mismo género, su color gris azulado hace que armonice con muchos otros tonos y formas de manera que da énfasis al paisaje del jardín. Las hojas son espinosas y forman arco, sus bordes también son ondulados y en condiciones húmedas y calientes se vuelven suculentas en apariencia. Es un agave compacto por lo que lo hace ideal para maceteros o para coberturas a pleno sol, donde se pone gris azulado, o parcialmente sombreado, adquiriendo un tiente verdoso. Alcanza una altura y diámetro de la 1m. La flor aparece en el centro de la roseta después de 4 a 6 años, llegando a una altura de 3 o 4m con una flor hermosa de color dorado.
Follaje gris azulado espectacular a pleno sol: Follaje. Si se cultiva en la sombra que tendrá un tinte verdoso. Es un agave de zonas tropicales, no es una planta de lugares desérticos, prefiere un sitio cálido bajo luz filtrada y mucha agua durante el verano. La profundidad del sustrato debe alcanzar hasta 30 cm con buen drenaje. (2)
En la mayoría de los lugares del jardín nos encontramos con estos bordes herbáceos tropicales con inusuales combinaciones de plantas.
Una foto tomada el 21-2-2011 por Guillermo Chaves. Se aprecia parte de su colección de cactus y suculentas.
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